martes, 26 de julio de 2011
lunes, 25 de julio de 2011
Trabajo en FUNDAC
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lunes, 11 de julio de 2011
UNA PUBLICACIÓN DE “CULTURA POLÍTICA POPULAR”
Leyendo a Jesús Martín Barbero, encuentro muchos elementos de lo que constituyó hace muchos años, una vivencia personal, en un medio de comunicación, en el que acompañábamos el nombre de la revista, con la frase “DE CULTURA POLÍTICA POPULAR”. Por eso, ofrezco disculpas si la fidelidad a lo científico, se viera comprometida por una anécdota de un grupo de periodistas, escritores y en mi caso particular, ilustradores e historietistas… Todos y todas además de aficionados, fascinados por su papel aprendiz. Sin embargo, la presencia del mismísimo Jesús Martín Barbero, en dicha anécdota, espero, convierta este esfuerzo, en un aporte al tema que nos toca. Por eso, me voy a apoyar en algunos de sus postulados, ya que se ciñen a una verdad compartida…
REVISTA “&&%%$$&&&’’ DE CULTURA POLÍTICA POPULAR.
No era muy diferente la situación actual, variaban algunos nombres, algunas botas nuevas, unas tecnologías que habían afianzado la saña de todas las violencias, que vinieran de donde vinieran, eran un infierno siempre y el factor de la polarización de fuerzas actual, que no existía. No había dos partes opuestas, más por la brutalidad que por ser en sí mismas “bandos…” Habían muchos matices de una misma utopía… Un grupo de muchachos y gente con alma de muchacho, emprendió no con mucha mala suerte, el proyecto de ser colectivo de prensa alternativa, en la ciudad de Bogotá.
Con la certeza de que había que cambiar el paradigma de la gran prensa escrita. Se tenía para ello un proyecto, respaldado por la cooperación internacional, un grupo entusiasta de contactos en librerías de buenos segundazos… ...curiosamente librerías que fueron eliminadas por “la panamericana”, “la librería nacional”, “oma – libros…” y otras, que convirtieron las buenas lecturas en el campeonato de los malísimos best seller… Esta red de librerías de libros usados, desarrollaban algo que hoy, las librerías, las poquísimas librerías, interesadas en la educación y el debate que quedan, por lo menos en Bogotá, ya no hacen… Se inventaban tertulias, de poetas, de gente anónima para la gran prensa, pero héroes y heroínas populares, que además de cumplir horarios de fábrica, escribían y alcanzaban si tenían la suerte del que inspira ternura… a imprimir, en algún taller de los que piratean los clásicos, su obra sencillísima pero valiosísima, para vencer eso que Martín Barbero llama “…la hegemonía de la experiencia audiovisual sobre la tipográfica y la reintegración de la imagen al campo de la producción de conocimientos…”
Sabedores de la poderosa influencia de la televisión, la cual marcó la segunda mitad del siglo 20, tiempo por el cual nacimos casi todos los componentes del experimento comunicativo, se preparó un medio que tenía –para nosotros y nosotras- “atrayentes propuestas de diagramación, color, temas e imagen… que acabaría, por hacer abandonar la T.V. adicción de todos y todas cuantas leyeran nuestra propuesta. Como era nuestro resultado, nuestro fruto, nuestra hija amada… Entre nosotros mismos, eso no tenía discusión: Era la más bella, profunda, aguda e inteligente publicación, salida en la capital, desde los tiempos de los panfletos y manifiestos de los nadaistas y del pensamiento anárquico fundacional…
Sin embargo, cada fin de mes, venía –ahora lo recuerdo con mucha nostalgia- la más bella tragedia… La de los recibos de servicios públicos sin pagar, acompañados de las palabras explosivas, pero siempre groseramente bienvenidas, de nuestros sucesivos directores… Porque fueron muchos, los que queriendo medírsele a sacar a flote la averiada revista, terminó con úlcera o migraña hospitalaria…
Las cuentas indicaban que el 80% de la revista se regalaba, porque de ese total, por el compromiso con la agencia de cooperación se tenían que enviar la mitad, a las organizaciones afines, de tipo social, cultural, de educación… Fuera de eso, muchas se daban en intercambio con otras publicaciones y el resto servían para aumentar el ego, posando como periodistas, fotógrafos, escritores y caricaturistas, de fama… entre los amigos y las amigas… Nunca se llegó a un balance siquiera, entre lo invertido y lo recolectado… No había nada qué hacer, el proyecto duraría hasta que los cooperantes quisieran. Pare ellos era claro que no querían la retribución total de los recursos, pero el factor de la auto sostenibilidad, estaba muy en entredicho.
Se sanearon los procesos, en todas sus partes… En lo investigativo… “…Por su parte, la prensa es el medio que más tardíamente y con mayores recelos se ha insertado en la revolución tecnológica. Pero las tendencias de esa inserción son mayoritariamente preocupantes. Pues, al mismo tiempo que refuerzan el monopolio de la información escrita por algunas pocas empresas, amenazan la existencia del periodismo investigativo…” (J.M.Barbero) Se pulieron los aprendizajes para quien escribía, se elevaron los niveles de argumentación y los estilos de toda la parte del diseño. Muchos extranjeros, simpatizantes de la causa de la prensa popular, apoyaron con su conocimiento…. Pero después de un tiempo… Lo único realmente significativo, era la cantidad de amigos y amigas que tarde a tarde llenaban los pequeños locales que ocupamos en el periplo… Porque fueron varios y con el paso del tiempo, cada vez más pequeños…
Entonces, decidimos, llamar al profe Barbero. Alguien en la U del Valle, tenía el contacto e ilusionados, esperamos sus palabras, que más que análisis, iban a ser veredictos… Nos ilusionaban sus posturas… “…Pero son nuevos actores los que en no pocos casos toman forma a través de esas nuevas modalidades de comunicación que conectan -rediseñándolas- las ofertas globales vía parabólicas y cable, con las demandas locales. Hay también, en lo que a las nuevas modalidades de televisión concierne, otro ámbito de contradicciones a tener en cuenta: la puesta en escena de lo latinoamericano que, cargada de esquematismos y deformaciones pero también de polifonías, están realizando las subsidiarias latinas de CBS y CNN en unos países con frecuencia inmersos en una muy pobre información internacional, y especialmente en lo que atañe a los otros países de Latinoamérica…” (J.M.Barbero)
Hasta el día de su llegada, todos y todas leímos sus ensayos sobre semiología y semiótica, sobre comunicación y derechos… Al fin, cada cual le tenía una pregunta que formularle desde su campo de acción. Ese día anhelado, pidió un compendio de todos los números anteriores y pidió que lo dejaran solo. Loa quería leer, quería sentir la experiencia del lector… Dijo que se demoraría toda la mañana, sin embargo, en contra de todo lo esperado, salió a la media hora y nos convocó a su alrededor. Nos felicitó por el esfuerzo, la importancia de los medios alternativos… Porque estábamos haciendo el papel de David, frente a los Goliat de la gran prensa… “…En conjunto, lo que esa tendencia evidencia es que, mientras la audiencia se segmenta y diversifica, las empresas de medios se entrelazan y concentran constituyendo en el ámbito de los medios de comunicación algunos de los oligopolios más grandes del mundo. Lo que no puede dejar de incidir sobre la conformación de los contenidos, sometidos al menos a algunos patrones de uniformización y abaratamiento de la calidad…” (J.M.Barbero)
Pero, como quien deshoja una lechuga, fue tomando uno a uno, nuestros motivos de orgullo… Primero el político. Del cual dijo no haber evidencias en la revista, porque una cosa es tener una identificación, con un sector y otra, generar el diálogo político, incluyendo al otro, al diferente, al que resiste a nuestra teoría… De eso no hay… Dijo tajante… Luego tomó lo popular y exclamó sonriente… Lo popular es la sangre, el sexo y el morbo… Nos invitó a salir y traerle un ejemplar del “Bogotano”, un periódico tabloide, muy por el estilo del “Espacio” actual, que circuló por aquella época… Nos mostró los pechos voluptuosos de la mona de la foto… La mirada procaz de un adolescente que asistió a un “streap tease”… Entonces sentenció: Lo popular no es la idealización que se hace de los sectores campesinos y obreros. Lo popular no son los colores emblemáticos de un partido o facción sindical… lo popular va mucho más allá e implica, además de entusiasmo, investigación profunda y responsabilidad para aceptar los resultados del proceso de indagación, que casi siempre no favorecían a intentos, como el nuestro…
El término de cultura, fue la lápida para nuestro sueño de arrebatarle al “tiempo”, sus lectores… Habló de cultura, como un hecho cambiante… “…Frente a lo que se piensa desde una dominante concepción ahistórica –que es compartida por la visión meramente reproductiva de los integrados con la moralista de los apocalípticos- la función de los medios en nuestra sociedades ha cambiado profundamente y en muy diversos sentidos: tanto en su relación con el poder político o con las lógicas del mercado, como con los cambios que nos han llevado de una sociedad tradicional, unanimista y confesional, a otra moderna, secularizada y plural, pasando por las sociedades que han configurado el populismo, el desarrollismo y el neoliberalismo…” (J.M.Barbero)
Un hecho que nosotros no hacíamos evidente, bien porque nuestra utopía era a la vez ceguera o porque teníamos un as bajo la manga, para hacer que así fuera… Sin embargo su interpelación, solo trajo silencio…
Bueno, Barbero, se fue, se tomó fotos con algunos de nosotros, el proyecto, increíblemente, con otros nombres y otros rumbos, sobrevive e influye de manera menos aventurada, pero más firme, sobre algún sector de la educación y la intelectualidad. Pero lo importante, es que ciertamente, la mirada del investigador, del apasionado por la cultura, la sociedad y la política, hace falta para arrojar luz, sobre todos los esfuerzos humanos.
ORLANDO MARTINEZ TRIANA
BIBLIOGRAFÍA
Jesús Martín. Barbero: Medios y Culturas en el Espacio Latinoamericano
- http://www.campus-oei.org/pensariberoamerica/ric05a01.htm .
¿UNA BUENA CULTURA, ES LA QUE SE CONTRADICE?
Para la realización de este ensayo, escogeré la pregunta ¿Qué podría considerarse como "buena cultura" y bajo qué parámetros se podría juzgar la producción cultural? Comenzaría por plantear que una mirada en blanco y negro, es lo que menos favorece a la consolidación de una sociedad. La calificación maniquea de lo enteramente bueno y malo, dejaría por fuera lo mejor que tienen las sociedades humanas: La contradicción.
La nuestra es una sociedad tan incomprensible como lo es cada ser humano, somos frutos de una historia del despojo, desde la misma llegada de los europeos, sin embargo acometemos el amor y la solidaridad; la música y la literatura; el humor y la fiesta, como muy pocos pueblos en el mundo. El humanismo del 90% de todos y todas las colombianas “de a pie”, está brutalmente adherido al desastre del desangre, a la enfermedad producida por ese 10% restante de colombianos, con bajísimos niveles de autoestima, adictos a lo única droga que mitiga temporalmente su mal: El poder económico y político. No hemos aplicado -tal vez- las dosis correctas de inteligencia emocional, de responsabilidad ambiental, de socio – humanismo y lúdica que nos desliguen de ese lastre que ha desangrado nuestra sociedad y amenaza con tomarla por completo. Esa demencia, involucra a veces, la propia conciencia de la población “sana”, que goza y proyecta su vida, por medio del respeto, la honradez, la verdad y la promoción de los derechos humanos.
La contradicción hace posible, que haya una adaptación de una vieja frase que acuñó un conocido programa de humor: “Lleva una escuelita en tu corazón”, pero que en el caso del ansia social por la ganancia inmediata y de dinero fácil, se podría reeditar diciendo que muchos “llevamos un traqueto en el corazón”, un símbolo que nos han sembrado los medios que manejan los propios enfermos, para legitimar como valor, su proceder intolerante, prejuicioso, mafioso, ignorante e inspirado en justificaciones como “la defensa de las buenas costumbres, de la tradición y la costumbre…” Nos creímos el cuento de que por naturaleza, somos malos, insuperables en la trampa, confundiendo la “malicia indígena”, que hizo posible la invención de un país maravilloso, lleno de oro, que llamaron “el dorado”, como manera de hacer errar a los conquistadores por todo el continente, haciendo menos terrible el genocidio indígena. Esa malicia, está injustamente asociada a la amenaza por medio del crimen y la tortura, al tráfico de influencias, al peculado y en general, al desmedro de los recursos naturales y económicos del país. Sin embargo lo indígena se sobrepone, a la incorporación definitiva del país al mercado globalizado, que algunos reclaman como “obligatorio”. “…Éramos una visión, con el pecho de atleta, las manos de petimetre y la frente de niño. Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España. El indio, mudo, nos daba vueltas alrededor, y se iba al monte, a la cumbre del monte, a bautizar sus hijos. El negro, oteado, cantaba en la noche la música de su corazón, solo y desconocido, entre las olas y las fieras. El campesino, el creador, se revolvía, ciego de indignación, contra la ciudad desdeñosa, contra su criatura…” José Martí. ((UNAD, Especialización Educación Cultura y Política. Asignatura Perspectivas Culturales. Módulo del curso.)
El trabajo de las comunidades indígenas y las entidades asociadas a su ideal, ha reformulado el concepto de desarrollo, inútilmente borrado de nuestra memoria por la evangelización, la cultura occidental, euro – centrista y posteriormente por la colonización norteamericana, trataron de edificar el rascacielos de su arrasamiento y lucro de todo lo existe, sobre nuestra Maloka ideal de afinidad a la tierra, como sistema vital. Pero las bases de esta, reverdecen y estrangulan cualquier hormigón reforzado. “…Para despojar a los indios de su libertad, y de sus bienes, se despoja a los indios de sus símbolos de identidad, se les prohíbe danzar y cantar y soñar a sus dioses…” (Ricardo Alfredo Rubio. Perspectivas Culturales. UNAD (2007). Bogotá. Colombia.
En contradicción a esta conciencia preclara, está la vergüenza que los mensajes publicitarios han causado sobre nuestro ser latino y amerindio, la pena de no ser como los modelos arios o vestir como ellos, para ser aceptados en sus templos de la explotación. Las revistas especializadas en trivialidades, anuncian como el presidente peor vestido a Evo Morales de Bolivia, pero si el ser representante electo de un pueblo, no entraña, además de ser un ciudadano de ese pueblo, luchar por sus anhelos y personalizar su manera de ser, entonces ¿Qué es ser presidente? El caso no es ajeno a todo el ámbito latinoamericano, en cada país de la zona, en mayor o menor proporción, los pueblos indígenas representan la única esperanza, para evolucionar hacia estadios de la inteligencia humana, que superan la delictiva metodología de calificar de “terrorista” al pueblo, conglomerado humano o persona, que se desea invalidar, para sobrevivir de sus recursos o neutralizar su pensamiento disidente. La civilización del postmodernismo y la globalización, no es más que un mal remedo del robo instrumentalizado desde el liberalismo económico del siglo 19, sobre sus colonias de entonces. “…a juicio del autor, hace de la comunicación incrementada, un mecanismo de exclusión, en tanto que irrumpe por las pantallas de televisión, las revistas y el internet, cen una alteridad en donde todo está perdido…” (Ricardo Alfredo Rubio. Perspectivas Culturales. UNAD (2007). Bogotá. Colombia. Como estas no se han liberado y en algunos casos han cambiado de dueño, los herederos del hurto, plantean un “repaso” para acabarse de llevar, lo que sus antecesores no pudieron.
La calidad, es otra de las contradicciones nuestras. Cada mañana, la gente en las ciudades colma los buses y las calles se llenan de motos y carros, que mueven una economía, el valor de lo laboral llega a extremos como acostumbrarse a trabajar, en condiciones de explotación, de acoso laboral, sexual, económico y de todo tipo. Sin embargo, los modelos de productividad implantados, insisten en que nos falta “calidad” y esta, la asocian a una serie de factores, donde la gran dadora, la gran contribuyente y a la vez la gran perdedora, es la clase obrera. Para ejemplificar dicha calidad, se menciona el caso de la empresa China, que según la versión del explotador criollo, paga menos que un salario mínimo y que además, este estipendio, es recibido con “agrado, porque el obrero chino sí quiere su patria…” Lo que no se menciona, es que la empresa china, se hace cargo de la educación, alimentación, salud, vivienda y recreación de toda la familia y del desarrollo del pueblo o localidad en la que tiene sus instalaciones. Las normas de calidad, no son más que talanqueras que se abren solo para las empresas que han logrado unos niveles altos en su tarea de endosar al trabajador, los costos de producción y a los compradores, los de mercadeo. Como contraprestación, se le abren a esos empleadores o grupos económicos, oportunidades de comercio con otras empresas similares en el mundo, mundializando los “procesos de calidad”, identificados, con el famoso sellito de calidad… a expensas de la base social. “…cada costumbre, cada idea, objeto o creencia cumple una función vital y representa una parte de la totalidad orgánica…” (Malinowski, citado por Ricardo Alfredo Rubio. Perspectivas Culturales. UNAD (2007). Bogotá. Colombia. El mismo papel, cumple la marca país y las membresías a asociaciones internacionales de bancos, seguros, ligas de comercio… entre otras…
Este concepto se proyecta a la “calidad de vida”, entendiéndose como el uso privado de los recursos y disfrutes que podrían ser comunales, como de hecho lo son en las cajas de compensación. Tras este extraño concepto, especialmente en las zonas urbanas, se corre tras una serie de conquistas, que no hacen más que aumentar la desesperación y neurosis colectiva, que hoy sitúa a las ciudades colombianas, como los sitios donde se dan más asesinatos por fenómenos como la inseguridad y las riñas callejeras. Así, la calidad de vida, termina por identificarse muy lejos de estos ambientes prefabricados por una tradición industrial y comercial colombiana, que se justifica en presiones externas y condiciones provocadas por su propio sentido inequitativo de la producción.
La última contradicción cultural, de este escrito, tiene que ver con el pensamiento independiente, creativo y autónomo, el que se promulga como condición de avance en todos los niveles, sin embargo el sistema educativo está basado en un conductismo a ultranza, que con el tema de las “competencias”, se alinea a las exigencias de entidades crediticias internacionales, como el FMI y el Banco Mundial, imponiendo de manera sutil pero efectiva, las condiciones para mantenerse en el poder, mediante la generación de mano de obra barata, mal remunerada y profundamente agradecida. Para esta finalidad, es necesario una educación discriminada, para dos grupos concretos: Una cúpula del control económico y político, que en suma debe tener acceso a una educación integral, con elementos de ciencia exacta, ciencia humana, arte, criterios amplios, elementos de juicio, conocimiento histórico, argumentación, pensamiento diverso - crítico y expresión multimodal.) Y otra para la gran base de la producción, el pueblo, con tecnologías para la producción específica, con algunos elementos de ciencia exacta y pensamiento superfluo, consumista y conforme. “…se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor, para que se revele y prevalezca sobre lo peor…” Martí José. “Nuestra América” citado por Ricardo Alfredo Rubio. Perspectivas Culturales. UNAD (2007). Bogotá. Colombia., Así, la gran contradicción se da en que hemos tenido uno de los listados más nutridos de libre pensadores, anarquistas ortodoxos y seres que resisten la implantación de un estado que desconozca o viole los derechos, sin embargo, nos entregamos al facilismo de las iglesias y sectas, a la respuesta fácil del guía que infalible, nos aleja de la construcción propia de una mejor sociedad. Nos contentamos con las versiones manidas que han oído por años nuestras generaciones anteriores. Somos inteligentes, en tanto estemos enterados del último certamen del glamour y del “jet set”, del negocio más jugoso entre multinacionales o de la exclusividad o de las modas en lo consumible… Pero somos incapaces de romper la apariencia, por lo que nos toca sufrir la dictadura de la inconciencia, que no puede dar razón acerca de las desgracias, ya cuando estas se han revelado ente nuestros ojos, como monstruosidades del desplazamiento forzado, del despojo de la tierra, de la muerte selectiva de compatriotas indefensos…
Así, la respuesta acerca de una lo que consideraría una buena cultura y el juicio sobre su producción cultural, diría que nunca podríamos llegar a ser una buena o mala cultura, sino una cultura contradictoria, como contradictorio es el espíritu humano. Sin embargo, si podría numerar algunas características que podrían menguar el efecto que sobre la vida y la condición de dignidad humana, tendría dicha contradicción. La conciencia de ella, es lo primero. Ser conscientes colectivamente del no control sobre todas las cosas que quisiéramos que ocurrieran, ya que debido a esto, los mandos militares han tratado de imponer la paz a partir de la eliminación del pensamiento diverso, tras el logro de un silencio, que se les ha de parecer mucho a la paz de los sepulcros… Lo segundo, saber manejar la contradicción, como insumo de acuerdos, en los que no se espera obtener la satisfacción completa, ni la derrota al 100%, “del otro”, sino la identificación de los encuentros comunes. Al reconocernos como seres contradictorios, ejercitar la positivización de lo que conduzca al menor daño posible para todos y todas. Temas básicos como el respeto a la vida, el derecho a disentir, a escoger el sentido y modo de vivir, deben ser pactados sobre un amplio espacio de acuerdo social. Así los productos culturales, aunque no “puros”, sino tocados, por esa contradicción cultural, van a ser más legítimos que el forzar hacia soluciones definitivas y mucho menos, duraderas.
Al entender la contradicción, como término medio en el carácter cultural de una sociedad, agregamos a la vez, un factor de distensión que deberá ser siempre supervisado y analizado.
BIBILOGRAFÍA
José Martí. ((UNAD, Especialización Educación Cultura y Política. Asignatura Perspectivas Culturales. Módulo del curso.)
Ricardo Alfredo Rubio. Perspectivas Culturales. UNAD (2007). Bogotá.
Colombia
PIERRE BOURDIEU. Más ganancias, menos cultura. Fuente: Diario El Clarín. Buenos Aires. Argentina. Noviembre 24 de 1999. Disponible en: http://edant.clarin.com/diario/1999/11/24/i-02101d.html
Orlando Martínez Triana
Mayo de 2011
LAS CONDICIONES DE PARTICIPACIÓN POLÍTICA EN BOGOTÁ.
Vivo en Bogotá desde hace casi cincuenta años y podría decir que con el paso de los años, me he encontrado con varias acepciones de participación política. Estas someramente descritas de forma cronológica, me van a servir para describir los elementos que tipifican algunas formas de participación política, aún vigentes en el discurrir de las comunidades.
LAS GENTES DE LA ACCIÓN COMUNAL.
En el barrio donde crecí, hubo una señora que se enorgullecía de haber servido la copa de champaña a un alcalde que fue a inaugurar una obra en el parque. Este barrio era en aquel entonces el límite urbano hacia el occidente de la ciudad, hoy es casi el centro, ya que el centro de antes, quedó atrapado entre los cerros orientales y la zona industrial, éramos familias de procedencias diferentes, solo nos unía la “fortuna” de no tener paredes de concreto ni ladrillo, (Digo fortuna, porque una vez que ya hubo paredes, nos alejamos…) éramos comunidad, alrededor de la inexistencia del acueducto, de la electricidad, de alcantarillado… Esto hizo necesario recurrir a la ACCIÓN COMUNAL, una idea del frente nacional, que perseguía el que los representantes elegidos por los votantes, trabajaran con ellos para el alcance de sus expectativas. Dicha idea, funcionaba exclusivamente en la teoría, porque los partidos tradicionales las convirtieron en fortín electoral, amputándole al aporte ciudadano, todo rastro de disidencia y deliberación, necesarias para el diálogo social. La acción comunal reproducía el no muy lejano fantasma de la violencia de los años cuarenta… En una esquina de la escuela, el día de elecciones, se paraba el bando de los liberales, y a pesar de que la escena trascurría en los años setentas, el vestuario oscuro, de sombreros gardelianos y corbatas rojas o azules, Gaitán o la virgen del Carmen, en la solapa, asemejaba los tiempos del “Bogotazo”. Los liberales, encabezados por un señor, dueño de un almacén, que además le servía de oficina de asesoría tributaria y seudo – jurídica… En la otra esquina, los militares retirados, que sea por coincidencia o por cosas innegables de aquellos años de guerra entre cachiporros y chulavitas, poseían las misceláneas más grandes, a donde iban a comprar los cuadernos, abarrotes, vestuario y demás, las familias de todo el barrio. Los unos y los otros se turnaban, en una especie de “frente barrial”, para dirigir la acción comunal y cada vez que se pavimentaba una cuadra o se hacía la acometida de un acueducto, argumentaban que esa acción era fruto de uno u otro directorio político. En el año que vino el papa Pablo VI, aseguraron que la pavimentación de la avenida cercana al barrio, que lleva el nombre del jerarca, había sido obra de su gestión.
De esta manera, puedo describir las características de este tipo de participación política:
- Una concepción de lo político como un encargo a unos representantes, elegidos de cuando en cuando, pero que no encarnaban las necesidades de su comunidad.
- Una Acción Comunal, como el primer escaño de una larga escalera de intereses políticos que se entretejían de forma más complicada, en tanto estuvieran más cerca de los cargos de ordenamiento de recursos.
- Una comunidad que por sus características de atomización, originado por las violencias del espacio rural y los bajos índices de educación, confiaba el mejoramiento de sus condiciones, a la buena voluntad de estos representantes…
- Una legitimación de esta única forma de participar políticamente, gracias a los medios de comunicación (La prensa y la radio) por aquel entonces.
- Un modelo que finalmente no pudo sostener los privilegios de los politiqueros, porque la planeación de toda la ciudad, pensada más en el servicio del comercio y la industria, terminó por derrumbar su parodia de “eficacia política”, pasando por encima de sus feudos llenos de representaciones de sus pasados políticos.
EL COMPAÑERO DE LA BICICLETA Y LOS EXTRAÑOS PERIÓDICOS
Siendo ya joven y con la conformación de un grupo juvenil, inquieto por los movimientos humanistas, iniciamos lecturas de autores como Benedetti, Alfredo Molano, Leonardo Boff, José Martí, Juan Rulfo, entre otros y presenciábamos, cómo este espacio bipartidista era cada vez más frágil, con evidencias como el paro de 1976, la disminución paulatina pero sostenida de un electorado cada vez menos fiel a los modelos tradicionales y la incorporación de nuevos argumentos sobre ciudadanía, con la llegada de la televisión. De esta forma, entraba un nuevo tipo de actor al espacio partidista. Este momento lo identifico con el paso de un hombre de unos sesenta años, que montado en una bicicleta nos ofrecía “Voz Proletaria”, el periódico del Partido Comunista, toda una tentación a la curiosidad, debido a los comentarios familiares, en los que se nos infundía el temor al pecado por apostasía, por ateísmo o por masonería…, una advertencia, que sin tener una claridad sobre cada uno, los revolvía como uno solo, en la bolsa de la prevención de un hogar cristiano…
“El compañero”, le decíamos y su carácter popular encajaba extraño, con sus explicaciones, llenas de argumentos históricos, filosóficos y políticos. Adicional a esto, el trabajo de la JUCO y el MOIR, había llegado a los colegios. A un compañero mío, alguna vez, le rompió la cabeza un agente del DAS, que lo encontró pegando avisos… Había entonces una manera diferente a la romería que se les hacía a los señores de la ACCIÓN COMUNAL, para transformar la suerte de todos o de algunos, que ya era en sí, un acto político más digno. El grupo de estudio, se acercó entonces a temas socio - económicos, por medio de Marx, Hegel, Platón, Kant, Altusser, Ingenieros, Los poetas nadaistas… Entre otros… estábamos comenzando la universidad y se había llegado a la opción de construir mediante una acción y una ideología, un cambio desde una estructura partidista, para afectar la mega estructura, causa de todo tipo de explotación y marginación de clase. Algunos de los jóvenes accedieron a entrar a las filas de movimientos políticos de izquierda, otros nos quedamos en una especie de resistencia mezclada con descreencia por las estructuras de poder, vinieran de donde vinieran, una especie de Hippismo – anárquico, que se proyectaba por medio de la música, la escritura y las piezas gráficas, en el barrio y en la universidad…
El tiempo transcurrió y la experiencia nos enseñó la gran distancia que hay entre las comunidades y la teoría, no solo de las ciencias políticas desde la izquierda, sino también desde la derecha. Eso que al principio era una alternativa, resultaba ajeno, lejano y de poco interés para la mayoría de la comunidad, lo que se puede comprobar en el oficio actual de los militantes de aquella época… (Prefiero no entrar en detalles…) Porque se necesitaba una gran base teórica de tipo histórico y filosófico, para interpretar los postulados. Eran otros los valores de la cultura popular, casi que podríamos decir que había no solo una aceptación, sino un aprecio como valor íntimo, por fenómenos como el clientelismo, el engaño, la suplantación de la voluntad popular, el tráfico de influencias y sobre todo, la creencia ciega en la eliminación física o política del que piensa diferente, como manera de desarrollo… Casos como el de una compañera, que resultó amante de un alto sindicalista de una multinacional, cercana al barrio, nos mostró un tipo de izquierda igualmente jerarquizado y explotador, en esa supuesta opción de “lucha” del personaje, inconsciente, que repetía y repetía como los enajenados por la religión, su libro “sagrado” sin darse cuenta que vivía rodeado de lujos, que casi lo igualaban a los patronos, contra los que supuestamente “resistía”, a nombre de sus compañeros trabajadores…
Sin querer generalizar un concepto, ni hacer aplicable esta experiencia, a todos los procesos desde los partidos y movimientos de izquierda, puedo deducir que:
- La experiencia resultó inviable, por necesitar un profundo conocimiento de tipo histórico y filosófico, que desafortunadamente no poseía la comunidad.
- En este caso particular, la otra manera de participar políticamente, se convirtió en una oposición complaciente, entendida como el partido perdedor que se sienta a observar cómplice, cómo el rival acaba con los recursos, armando apenas escándalo, cada vez que esto sucedía.
- La experiencia no aplicó un entendimiento de las estructuras de poder, con una mirada objetiva y científica acerca del tipo de relaciones comerciales, que determinan en gran medida el carácter social, cultural y político de los pueblos.
- Encuentro debilidades, en las prácticas mismas: Por un lado el mesianismo de sus líderes, incontrovertibles, no por su argumentación, sino como en las más rancias experiencias de derecha, por ser amiguito de… por ser el hijo de… por ser recomendado del camarada…
- Otro aspecto es la marcada estratificación de los y las participantes, imponiendo a una gran base de militantes, tareas que ameritan el apodo de “cargaladrillos”, situación que solo se supera a partir de pruebas de simpatía con la cúpula del poder…
- Un gran inconveniente es el pensamiento grupal de infalibilidad, que conduce a lo que Estanislao Zuleta describe magistralmente en su “Elogio a la dificultad”. Lo indudable, impuesto a la doctrina del partido o movimiento, respaldada por una literatura irreflexiva, termina por convertirse en dogma, igualando al supuesto movimiento en las propias estructuras de poder, contra las que pretende eliminar.
- Sumado a lo anterior, la distancia entre el movimiento y la sociedad está determinado por un tipo de purismo, que como en las iglesias y sectas, condena el juego, la diversión, la diversidad en las manifestaciones culturales y los pensamientos divergentes.
- Por esta razón –por lo menos en esta experiencia personal temprana- la participación política desde sectores de la izquierda resultaba en extremo marginal, ignorada por conocimiento de causa sobre la repetición de las costumbres, que se daban en los partidos tradicionales, e imposibilitada para hacer una adaptación, desde la doctrina ortodoxa, interpretando y reconociendo como válidos los anhelos de la gran mayoría de la comunidad.
LAS MUJERES DEL PUEBLO MACHISTA
Egresado ya como Diseñador Gráfico y con cierta experiencia en trabajo popular y comunitario fuera de Bogotá, fui adoptado por un movimiento de Mujeres del sector popular, que admirablemente habían ideado una de las modalidades más exitosas, como propuesta ciudadana para la atención de niños y niñas, LOS JARDINES COMUNITARIOS. Aún hoy, siguen siendo un referente muy válido, para el profundo estudio y evidencia, de cómo hacia los años setentas y ochentas, los primeros asentamientos no formales, compuestos por familias campesinas provenientes de todas las regiones del país, llegaron a Bogotá, a ocupar los cerros del norte y el centro oriente, al igual que las zonas de Bosa y Suba. (El proceso de Ciudad Bolívar es posterior.) Su fuerza inicial, se conjugó con la de los movimientos populares y partidos no tradicionales, también con la de una academia desde las universidades, con sentido pragmático de las ciencias humanas, en relación con modelos como la Investigación – Acción - Participación, propuesta desde la facultad de sociología de la U Nacional, por personajes como Orlando Fals Borda, Camilo Torres Restrepo, entre otros.
El primer impulso, llenó las expectativas tanto de las mujeres, porque se podría decir que su esfuerzo era artífice de un cambio sustancial, no solo en la solución de un problema real, como lo era el cuidado y educación de sus hijos, al verse obligada a incorporarse a la fuerza de trabajo en fábricas y talleres. Sino porque podrían decidir sobre los mensajes para la socialización de sus hijas e hijos, que hasta el momento manejaba el gobierno de manera excluyente, machista y desconocedora de de los valores populares. Ni más ni menos, habían redireccionado hacia intereses como su cultura, su diversidad, su sentido de género, el pensamiento popular; el mensaje de la educación, que antes siempre favoreció el pensamiento dominante. Habían introducido prácticas y valores nacidos de la tradición oral y de sus vivencias en las zonas rurales, con un gran acompañamiento de la cooperación internacional europea, que vio en el trabajo de las compañeras, un elemento transformador en esta sociedad tradicional y agresivamente contraria a cualquier inclusión de derechos. Adicionalmente, habían desatado una movilización social y política, haciendo uso del derecho a la protesta ciudadana, siendo famosas las tomas consecutivas de las oficinas del bienestar social del distrito de aquel entonces y una en especial significativa, en la que al día siguiente, los periódicos registraban fotrografías de las educadoras comunitarias, lavadas por los chorros de los carros antimotines, mientras a escasos metros, pasaba por la calle 26, el desfile de una recién elegida reina de belleza . Las mujeres pusieron en primer plano de la mirada del país, la problemática de género y de derechos de la infancia. Esto impactó de manera positiva en las líderes del movimiento, que no solo vieron un reconocimiento por parte de las comunidades, sino una dignificación importante de su modo de vida, llegando en algunos casos al acceso a una holgura económica, que finalmente se convirtió en uno de los factores que impidieron el recambio generacional del movimiento.
Las profesionales que desde las universidades, influían de cierta manera en la consecución de recursos de la cooperación internacional, también reconocieron en esa alianza una satisfacción de sus necesidades, que por ser menos populares, requerían de mayores recursos económicos. Así fue naturalizándose un mecanismo de progreso mutuo que solo beneficiaba a las líderes de cada Jardín Comunitario y a las gestoras profesionales de las universidades o representantes de las agencias de cooperación en el país, lo que a la postre desanimó el que nuevas mujeres se jugarán en la conquista de mejores condiciones. Esto finalmente significó el retiro paulatino de los recursos venidos del extranjero.
De esta experiencia puedo reconocer características que determinaron dinámicas del proceso como:
- No existe duda acerca de que en la historia de los movimientos sociales y populares, no solo de Bogotá, sino de Colombia, el movimiento de Educadoras Comunitarias y Casas vecinales, es una pista invaluable para entender la construcción de una sociedad equitativa, democrática y deliberante, sin el permiso ni la aquiescencia, de un estado ajeno a las necesidades del pueblo.
- El error político, consistió en que el direccionamiento del movimiento, se conservó en unas pocas líderes, mientras que al resto de mujeres, que eran casi el 90%, se les siguió exigiendo el sostenimiento silencioso del mismo, bajo la idea de tributar de manera casi gratuita a un proceso en el cual, ciertamente, las primeras mujeres habían hecho grandes aportes, pero que las segundas desconocían, llegando pronto a odiar, debido a la forma casi dogmática como se les presentaba.
- Adicionalmente, algunas asesorías terminaron por ceder el gran valor antropológico de la cultura popular, por modelos pedagógicos que necesitaban legitimarse en las poblaciones populares, pero que eran ajenos a ellas mismas, por ser dictados desde ambientes académicos con intereses más foráneas que nacionales.
- El movimiento distrital de jardines comunitarios y casas vecinales, cedió ante la presión del propio gobierno distrital, en temas tan álgidos como los derechos de género, la defensa de la cultura, los métodos tradicionales en educación, oralidad, salud, religión…
- Las compañeras líderes, adoptaron léxicos sofisticados, se encaminaron más a ingresar en los círculos intelectuales de feminismos académicos, adoptando nuevas perspectivas, que sin ser contrarias a su intensión inicial, terminaron convirtiéndolas en replicadoras de discursos ajenos, lo que las alejó aún más de las dinámicas de sus propias comunidades.
- Con el paso del tiempo, se debilitaron las propuestas comunitarias y políticas, pasando exclusivamente al plano de la reivindicación eminentemente monetaria, lo que fue manejado por el gobierno distrital de forma hábil, para extinguir los últimos alientos de un pensamiento autónomo, una postura de clase y una identidad históricamente femenina y popular.
D.G. ORLANDO MARTÍNEZ TRIANA.
MAYO DE 2011.
MITOS Y REALIDADES DE UN ESTUDIANTE PRIMÍPARO EN LA EDUCACIÓN A DISTANCIA.
Siempre he creído que la relación entre el docente y los – las estudiantes, desborda más allá del aula y de los espacios institucionalizados, como académicos. Casi que la vida diaria está impregnada por un acto natural de intercambio de experiencias y sueños. Había considerado nocivo, el docente que se distanciaba de su curso y no compartía espacios de vivencias adicionales… De tal manera que hasta hace algunos años, la educación a distancia era un extraño intento del cual tenía muy pocas valoraciones. El ingreso de las nuevas tecnologías, situó a la mayoría de la población joven colombiana, frente a un hecho real que era el puente, entre las generaciones anteriores y ellos – ellas. Si algo ha marcado un corte generacional en el mundo, ha sido la tecnología de la información en finales del siglo 19 y comienzos del 20. El sentimiento natural de rechazo a una historia que aunque desconocida, causa repulsión, sobre todo por la propaganda publicitaria, que impulsa al consumo, envalentonando a la juventud a un supuesto cambio histórico radical, por el solo hecho de comprar alguna de sus baratijas innecesarias… Sin embargo la dificultad que para muchos y muchas de nuestras pasadas generaciones, ha significado la utilización de estas tecnologías, sí representa un hito que nos coloca un antes y un después.
Para nuestras generaciones anteriores a las TICS, los tesoros perdidos, son las cartas escritas a mano, porque tenían el testimonio de la propia persona, su rasgo, su sentido de la palabra envuelta en sentimiento de ese momento irrepetible, de la nostalgia, del recuerdo triste o alegre, del intenso sentimiento, que quería por medio del garabato literario, abrazar al ser, que lejos abriría en una o dos semanas, nuestra carta. La letra de molde, como decía Nihinsky, había matado la identidad de la caligrafía y eso lo refrendó la letra digital. Otro gran tesoro, es el ejercicio mental del diálogo y la palabra. La palabra al estilo de lo griego, la construcción del conocimiento mediante el diálogo, como un espacio reflexivo y profundamente crítico, que además fue la manera como los pueblos precolombinos, sostuvieron su cultura por más de 20 siglos. Muy seguramente estas nuevas generaciones, van a estar desposeídos por una elocuencia diversa, amplia, robusta y se enmarcarán en un reducido número de neologismos, dado el poder de los medios y las globalizaciones convenientemente aplicadas, que evitan colocar en su agenda la globalización de los derechos, de las diversidades, del respeto a las culturas primitivas… y a un horizonte amplio y diverso en la educación. El último y no porque no haya más tesoros perdidos, sino para no convertir este artículo en un pañuelo de lágrimas, es el disfrute estratégico de la lectura, como un gimnasio mental, con capacidad de fortalecer la imaginación que un párrafo suscita, primero, por la maravilla de reconocer en un símbolo, una grafía y con ella, la interconexión de las palabras, hasta llegar a la interpretación de una acción o un fenómeno, que además es comparado con las experiencias anteriores, hasta forjar una imagen… dejando en todo este esfuerzo, lo que algunos pedagogos señalan como UNA EXPERIENCIA SIGNIFICATIVA. Era así que se fortalecían los cerebros del pensamiento, que aún sostienen y sostendrán por mucho tiempo, las columnas de la cultura de la libertad, del pensamiento crítico e independiente y de la defensa de los sueños de autonomía y respeto de la civilización humana.
Ya después de las TICS, encontramos unos compendios someros, de los temas y aspectos centrales y determinantes del conocimiento humano, al estilo de los resúmenes que le vendían los libreros a los estudiantes “astutos”, que siempre sacaban buenas notas, pero malísimas posibilidades de proyectarse como gente buena. Encontrábamos malas alteraciones de la historia, acomodadas, por la versión mediocre del mercader, del publicista, del delincuente, trepado en el gobierno, en los espacios comerciales, industriales y hasta académicos… “Basta de historias”, dice por ahí un pseudo historiador argentino, más cercano a las revistas de moda y glamour, que a un juicio seriamente científico de las condiciones de la educación en Latinoamérica.
Sin embargo, están las huellas de la gloria, están las personas e instituciones que se duelen de la mentira generalizada, de la suplencia mentirosa del pensamiento liberador y de la demostración científica de los sueños… Es por eso, que encuentro en este espacio de especialización en EDUCACIÓN CULTIURA Y POLÍTICA, DE la UNAD, el símbolo inequívoco de los instrumentos para el cambio hacia una evolución detenida por las imposturas del inmediatismo, el olvido, la pérdida de las memorias, que poseen el listado de las cosas por hacer, como seres y como pueblo. Ciertamente hay valiosas cosas, irremediablemente perdidas, mentiría si dijera que los tiempos de la sicodelia y la fuerza universal de la gloriosa década de los sesentas, van a volver con sus flores y su humo que lo cura todo (…) Que la escuela de Frankfurt renacerá en los expresionistas alemanes, volviendo a entonar victoriosos, el grito de batalla “GIME EL ANIMAL, BAJO EL PESO DE LA IDEA…”. Es, por ahora, muy lejano el que presenciemos nuevamente la entrada triunfante ejército revolucionario, en la capital abandonada por los últimos reductos del ejército imperial… Somos náufragos de un gran barco, hoy sumergido bajo el océano de la apariencia. Llegamos a esta isla de lo ciber – digito – virtual y aturdidos en un principio, hoy comenzamos a dar pasos por sus jardines sembrados de pixeles en flor y racimos de dígitos binarios, encontrando esencias innegables de nuestros jugosos y verdaderos frutos amados. No es lo mismo, no podemos ser aduladores, es otra cosa patentemente sintética, pero hay fuerzas y suficientes semillas rescatadas de la pérdida total, con lo que podemos intentar repoblar la vida.
Al respecto del CRÉDITO ACADÉMICO, siempre se ha presentado como una manera de sumar la acumulación del conocimiento necesario, para el manejo solvente de técnicas y teorías. Este concepto, se amplía en algunos modelos académicos, como lo ciclos propedéuticos, hacia la posibilidad de promoción desde los niveles técnicos laborales, hacia los técnicos profesionales, tecnólogos y profesionales. El crédito, encarna unas horas aprendizaje dirigido, por un docente o acompañante, de tipo presencia, que deben complementarse con un aprendizaje autónomo, en el cual el estudiante, hace aplicación de temas y destrezas.
En el caso específico de del educación a distancia, se borra esta frontera entre la presencia y la ausencia del docente, porque el apoyo de este, es permanente y en eso –curiosamente- la educación a distancia, no limita a un horario, la interacción entre estudiante y docente. Podría incluso decirse que se distancia más esta relación en la educación tradicional. Sin sumársele que la presencialidad, no es única condición en el éxito de un proceso de aprendizaje, sino la interacción, aspecto que casi nunca se lleva a cabo en un aula de clase.
EL ASPECTO CURRICULAR.
En cuanto al currículo, se concibe en muchos espacios académicos, como la estructura temática y metodológica, que desde elementos básicos, va haciendo más complejo el alcance de niveles de conocimiento. El diseño curricular, tiene la propia identidad del tipo de especialista, profesional, doctor o magister, que se requiere en la sociedad. Siempre y cuando la indagación que la institución haya hecho a nivel de la sociedad o comunidad donde se espera que aplique el egresado sus conocimientos, este currículo tiene pertinencia. En el caso del currículo ofrecido en esta especialización, hay aspectos diversos que no conservan una formación hacia una sola línea de pensamiento. Hay elementos en investigación que son diversos y universales a la vez, hay elementos de formación disciplinar, que ahondan más en el manejo de escuelas de pensamiento y teorías de las ciencias sociales y hay una información institucional (SIUP) que confronta con elementos de la teoría de la educación a distancia y las políticas de la UNAD. Sin embargo, podría incluirse (No sé si eso esté planteado posteriormente en la especialización), unas bitácoras de trabajo de campo, correspondientes a alguna investigación, en las cuales de manera “cruda”, sin editar, se haga una muestra de las condiciones de vida que cualquiera de nosotros, podría encontrar en diferentes entornos sociales. Esto podría llamarse “EXPERIENCIAS EN NUESTRAS COMUNIDADES”, y sería una ventaba abierta, para analizar diversas formas de organización comunitaria, los tipos de valores y prácticas, que se dan en las zonas rurales y de minorías étnicas, que debido a nuestra imposibilidad de estar allí presentes, se configurarían como una herramienta de consulta y experiencia invaluable.
SOBRE LA EVALUACIÓN.
Hasta el momento, he recibido por parte de tutores y docentes, los comentarios, indicaciones y pistas, suficientes para la realización de las actividades y a su vez, las valoraciones han sido acertadas, ceñidas a estas exigencias y sin una intensión de demostrar que hay una parte que sabe y otra que no. También he recibido los materiales que considero valiosos para desarrollar el proceso, con los cuales he elaborado acercamientos, que sin ser resultado de repetición o memorización, han sido recibidos de forma incluyente, ya que no tengo respuestas de descali8ficación de los mismos. Sin embargo por razones de cobertura, imagino que no hay la posibilidad de contar con los suficientes docentes, como para mantener una comunicación más regular y no sujeta a los períodos de corte de actividades. La evaluación siempre se ha tomado como la finalización de una parte del proceso, cuando es un inicio de nuevas concatenaciones entre aspectos anteriores y otros nuevos. Me preocupa que los aspectos formales, como las normas de presentación de trabajos, el cumplimiento de formatos o protocolos, vaya pesar igual o aún más que los aportes, que son el último el fondo mismo sentido del conocimiento.
BIBLIOGRAFÍA.
Hoyos, Guillermo. Elementos filosóficos para la comprensión de una política de Ciencia y Tecnología, 1.990
RESTREPO, Bernardo. 2002. Conceptos y aplicación de la investigación formativa y criterios para evaluar la investigación científica en sentido estricto. Documento CNA. (http//www.cna.gov.co).
RESTREPO, Bernardo. 2002. Conceptos y aplicación de la investigación formativa y criterios para evaluar la investigación científica en sentido estricto. Documento CNA. (http//www.cna.gov.co).
ORLANDO MARTINEZ TRIANA.
311 4 83 83 35
negromartri@gmail.com
CULTURA, MEZTIZAJE Y ESTADO.
¿Qué relación puede guardar la conquista y explotación indígena con el concepto de cultura?
Sin tener la connotación que hoy tiene, hacia el siglo 15, existía una identificación concreta de valores y costumbres, que connotaban una diferencia, de los pueblos de Europa, con el resto del mundo, una especie de sellos de identidad que además eran evidenciados en los espacios de intercambio comercial, en la guerra y en las artes en general. Estos, posteriormente serían objeto de imitación, debido a las influencias que esta actitud de rubricar, cualquier encuentro con otros grupos y razas. Esta identidad exacerbada se legitimaría en la pérdida de las identidades de los pueblos indígenas latinoamericanos, al igual que en las pérdidas de identidad de las culturas asiáticas y africanas. Así occidente, se convierte en el gran devastador, a nombre de una singularidad, siempre acompañada por la guerra y el despojo. Curiosamente, es Europa también, el inventor de la cultura, cuando tratando de elaborar un sistema de entender el mundo, diferente a la superstición y la religión, describe un sistema de pensamiento, que se llamaría positivismo y que serviría para la comprobación de la posesión de inteligencia, dignidad y derecho a la vida.
“…Posterior a toda conquista la cultura de los vencedores se torna hegemónica, al mismo tiempo que aquella detentada por los vencidos es devaluada o proscrita, de esta forma lo que fue obtenido por la fuerza de las armas y la barbarie, pasa a ser legitimado por motivos de civilización, y la historia aparece entonces como el triunfo de la razón sobre seres a los que hay que enseñar el trabajo, la fe y el respeto por los valores, valores que no pueden ser otros que los detentados por los triunfadores; a su vez, ser como los vencedores es la única oportunidad de un leve ascenso social y no contrariarlos es la posibilidad de evitar de nuevo el castigo o la confrontación…” (Módulo Asignatura perspectivas culturales. UNAD.)
De todas maneras, la gran tragedia de las culturas indígenas, no ha alcanzado todavía la dimensión real, debido a que intereses económicos de otras poblaciones colonizadas, han hecho aparecer el caso particular, como el más dramático y extremo, lo que ha ido dejando olvidados, no solo los sucesos latinoamericanos, sino los africanos. Se podría hablar que en el caso de los pueblos primitivos de sur américa, son las producciones foráneas en el cine, las que han hecho entender la trascendencia de un arrasamiento total de valores y tradiciones. En la cinta “Aguirre o la ira de Dios”, donde se cuenta la historia del militar Lope de Aguirre, sucede un hecho excepcional, como el que en la propia filmación de la obra cinematográfica, fue necesario el empleo de nativos, pertenecientes a la comunidad local, que deberían subir un barco por una montaña, para dejarlo rodar hacia el cauce de otro río. En esta escena hubo un accidente que cobró la vida de varios indígenas.
“La misión”, cuenta los sucesos en un asentamiento jesuita en el sur del continente, el cual influye sobre el libre y natural desarrollo de las comunidades cercanas al Paraguay y a Brasil. Algunos de estos religiosos, deciden salir en defensa de las tribus del lugar, mostrando en el argumento y en las escenas, el mismo fenómeno de esclavismo que se dio en todo el territorio del continente. Así el costo del desangre en el robo de las materias primas, se suma la gran pérdida de las tradiciones. De esta manera, el concepto de cultura se centra en el dominio y son los actores sociales de la invasión, quienes determinan qué hace parte de su cultura del desarraigo y la expoliación y quienes no, de manera conveniente. Evidencias como la discusión que duró varios siglos en las cortes de España, debido a las denuncias de los religiosos, en el sentido que los indígenas, como bautizados, eran seres humanos, a lo que la corona, decidió hacer un debate en el vaticano, con el fin de dilatar la cruel situación, lo que le representó ganancias en los robos realizados a los recursos minerales y vegetales.
Dicho genocidio y violación sistemática de derechos, no ha sido olvidada ni superada, dado que el impacto cultural que no se refleja, está en la conciencia ciudadana, más cercana a los hechos, en las zonas de habitación de las minorías étnicas, que sistemáticamente se resisten a tomar parte en el avance de una sociedad unidireccional, que solo tiene en cuenta, sus concepciones sobre la vida y l trascendencia de las comunidades.
“…De hecho, las tensiones alrededor de cierto orden social y no otro son intensos, por cuanto ello significa figurativamente determinar quienes quedan más cerca o más lejos de los recursos, quienes arriba o quienes abajo, quienes merecen o no, quienes están más capacitados o no etc., lo cual se agrava cuando tales ordenamientos culturales intentan sobrepasar las fronteras nacionales…” (Módulo Asignatura perspectivas culturales. UNAD.)
¿Qué diferencias se pueden evidenciar entre el concepto de cultura construido desde la óptica europea y occidental y el construido en nuestro continente?
No existe una diferencia en cuanto a los elementos que constituyen el todo de la cultura, pero sí hay una concepción diferente, nacida de la propia génesis, como pueblos, influidos por medios diferentes. Cuando digo elementos constitutivos, hablo de la experiencia personal, que se refleja en lo grupal, que es compilado por personas preocupadas en la trascendencia, dando origen a la transmisión de este aprendizaje. Tanto en Europa, como en Africa, Asia y América, se cumplen las mismas etapas de consolidación del concepto. Lo que sí marca una diferencia, a veces abismal, en el inicio de la experiencia, es el estímulo de un medio geográfico. En el caso de nosotros, los métodos y rutas de poblamiento, determinaron condiciones mucho más favorables, que el caso de la Europa y Norte América. El hecho de que nuestros antepasados hayan podido ejercer la recolección por varios siglos, sin depender de factores como las estaciones y con ellas, la falta de vegetación, casi por medio año, la migración de las manadas de animales, el congelamiento de las fuentes hídricas y con él, la imposibilidad de sobrevivir de la pesca… Determina un acercamiento a un medio natural que de cierta manera hermanaba fácilmente al ser humano, con todas las demás manifestaciones. Por eso, toda la tradición oral, los jeroglíficos y la escasa producción de escritura, evidencian una inclusión en el sistema vital, una explicación mágica y lúdica de la relación con lo existente. Mientras que la relación inicial de los primitivos pueblos europeos, vino a proyectarse en el sistema de pensamiento griego, afectado por rigores como la necesidad de la sobrevivencia, a partir de la caza, forzando a un nomadismo constante, hasta el hallazgo de la agricultura, como punta de iceberg, de la cual se deriva el proceso de la arquitectura y el excedente de producción agrícola, que discrimina los niveles sociales. “…Este autor acude en el campo de la metodología a Foucault para indagar dichas categorías como “dominios del pensamiento y de la acción, analizando las características e interrelaciones entre los tres ejes que las definen: las formas de conocimiento que a él se refieren, a través de las cuales llega a existir y es elaborado en objetos, conceptos y teorías; el sistema de poder que regula su práctica y, las formas de subjetividad que son fomentadas por estos discursos. El conjunto de formas que se halla a lo largo de estos 3 ejes constituyen una formación discursiva, dando origen a un aparato eficiente que relaciona sistemáticamente las formas de conocimiento con las técnicas de poder” (p. .31)…” (Módulo Asignatura perspectivas culturales. UNAD.)
Sin embargo, hay otro factor que determinaría el tipo de mirada racional, individualista y competitiva, sobre la cultura, en Europa. La irrupción en la cultura romana del cristianismo, debido a su gran influencia judía. Es de tener en cuenta que las condiciones como se configuró la cultura judía, en medio del desierto, en constante disputa de los poquísimos recursos naturales con otras sociedades, determinó la implantación de valores de absoluta verticalidad por parte del patriarca sobre todas las cosas de la familia y del grupo social. Este patriarcalismo, se erigiría en condición de entendimiento y explicación de fenómenos, preservación de valores y principio normativo. Posteriormente la evangelización combinaría hábilmente el aspecto del mensaje cristiano, con la expansión cultural y económica, por medio de la estructura jerárquica de la iglesia de Roma. Sin embargo, cuando el protestantismo se distancia de esta, se configura una especie de creencia, fincada en el trabajo y la acumulación de bienes materiales, como evidencia de una fe y a la vez comunión con el concepto de dios. Esto no es obstáculo, como si sucedió en el pensamiento católico, para que avanzara un pensamiento científico, crítico y funcional, que fueran cuales fueran sus hallazgos, siempre estarían enmarcados en esa fe, ligada a esa verticalidad del pensamiento judío, que desvirtúa, cualquier otro sistema de pensamiento, a expensas de la imposición y beneficio del propio. Por eso, gran parte de la historia de la humanidad, está escrita bajo ese parámetro de lo occidental, de tal suerte que no habiendo sido tomados como seres humanos, por las cruzadas, ni por la conquista y la colonia, ni por la evangelización, ni por el primer liberalismo económico, estratégicamente, siempre figuraríamos como “ausentes” en el espacio de la cultura.
“…Al final, la conquista aparece como un triunfo de la razón sobre el caos y se impone el olvido de todos los excesos que garantizaron el nuevo orden, orden que, recordando a Foucault, significa la perpetuación de las inequidades ganadas en el campo de batalla, investidas ahora de un halo de legitimidad debajo del cual se continúa haciendo sordamente la guerra, ya no como choque permanente de ejércitos, sino más bien como exclusión…” (Módulo Asignatura perspectivas culturales. UNAD.)
En La américa indígena y más tarde afrodescendiente, se daba otra relación, fundamentada en los valores de la feminidad, la capacidad de engendrar vida y la autoridad matriarcal. La generosidad del medio, fue disminuyendo, pero no logró enfrentar a las comunidades, de manera tan radical, como sí ocurrió en el período antiguo, en las eras griegas y romanas y posteriormente en el medioevo. Solo fue a la llegada de los españoles, que se suscitaron grandes enfrentamientos, que hasta hoy proyectan sus causas sin resolver. El pensamiento ajeno a la posesión de la tierra, logró que las artes y las ciencias, no fueran parte del gran mecanismo bélico, por lo que es hasta hoy, cuando se están devolviendo las miradas, anteriormente centradas en el caso europeo, al proceso cultural, social y científico de la actual Latinoamérica.
¿Cómo entiende la cultura las diferentes escuelas de pensamiento social y cuál puede ser más pertinente para estudiar la cultura en nuestro contexto?
Podría hablarse de dos grandes escuelas de pensamiento. Una racional, positivista, occidental, judeo cristiana, heredera de los procesos que se derivaron del humanismo platónico y la obra de Emmanuel Kant. Dentro De estas figuran la teoría del conflicto, la teoría crítica, el postmodernismo, del funcionalismo, entre otras. Y otra derivada de esas mismas bases, pero con un ingrediente, cada vez más presente que es el sincretismo multi - racial. Dentro de ellas, están el post – colonialismo, (Raymond Williams, William Hoggart, Eduard P. Thompson y Stuart Hall (Fernández, 2003-2004: 94, Pajuelo, 2001 y Castro-Gómez, 1998). De igual manera, está la Escuela Latinoamericana de Pensamiento en Ciencia, Tecnología y Desarrollo, la corriente de pensamiento surgida en diversos países de América Latina entre 1950 y 1970 entre algunos tecnólogos y pensadores (J.A. Sábato, H. Jaguaribe, A. Herrera, J.P. Ferreira, Máximo Halty-Carrère, Carlos Martínez Vidal, Javier Urquidi, Francisco Sagasti, Miguel Wionzcek)
Tanto la escuela europea, como la latinoamericana, abordan los temas de pensamiento social, desde ópticas diferentes, teniendo en cuenta el despertar de una nueva conciencia europea, hacia el efecto que sus propias colonizaciones, han provocado sobre los pueblos y comunidades suramericanas. De hecho, gracias al trabajo de científicos sociales, ha despertado en la ciudadanía europea, un sentido de responsabilidad que se traduce en acciones de tipo jurídico, de exigibilidad de derechos, ante la corte penal internacional de La Haya. También en los planes de la cooperación internacional, con apoyo a proyectos de desarrollo sostenible y participación ciudadana, en comunidades deprimidas. Esto ha causado escozor en los gobiernos más derechistas de la región, llegando incluso a tildar esta conciencia, como terrorismo, según el caso del gobierno de Alvaro Uribe Vélez, en Colombia. “…¿Las relaciones entre sociedades y culturas se cumplen principalmente según el modo del enfrentamiento? ¿Son reductibles a las relaciones entre Estados? Si se quiere abordar hoy de manera pertinente, realista y creíble las cuestiones culturales como factores de cooperación y paz, no se pueden ignorar estas preguntas que incomodan….” ( Tardif Jean. Identidades culturales y desafíos geoculturales.)
¿Qué relaciones existen entre los conceptos de cultura, identidad y territorio?
Suele hablarse de los tres conceptos, pensando en una cultura lejana a nuestros días, pero mirando más de cerca, nuestro propio caso como latinoamericanos, podemos definir la cultura, como la serie de valores, prácticas, contradicciones, esperanzas, tensiones, tradiciones y renovaciones, que son fruto de nuestro diario convivir. Decía Eduardo Galeano que la cultura, cuando está viva se contradice y es ese el papel de los trabajadores de la cultura, como docentes, artistas y agentes de procesos sociales. En nuestra cultura se dan posiciones desde el purismo que entiende que la cultura es un bien heredado y que al igual de un inmueble, es necesario retocar, pero no variar y además condenar a quienes intenten hacerlo. Se habla de la pureza cultural y de la “no contaminación” de ella. Existen también posiciones intermedias, que reconocen algunos elementos que pueden asociarse con otras manifestaciones, sin poner en riesgo principios no negociables como la dignidad humana. Y finalmente una posición de riesgo total, en el que por los medios masivos de comunicación, no solo se ignora sino que se muestran en inferioridad de condiciones, las prácticas y valores de la cultura nativa. Discursos como la globalización hablan de una cultura única, en la cual una especie de hermandad comercial, retira todas las fronteras de los nacionalismos… “…exigencias de la lógica de las identidades y las de la lógica del mercado:
· apertura controlada;
· multifuncionalidad (como es el caso de la agricultura, por ejemplo);
· precaución (caso de la salud, el medio ambiente);
· responsabilidad (de todos los actores, y no sólo del Estado);
· reciprocidad, un principio que traduce la especificidad de la esfera cultural. No todos los países tienen petróleo, pero toda sociedad tiene una cultura que asegura su cohesión y su capacidad de interacción con el exterior. En el caso de las interacciones entre las culturas, el principio de reciprocidad mínima es una condición indisociable de la apertura controlada…” ( Tardif Jean. Identidades culturales y desafíos geoculturales.)
La identidad se sitúa como los elementos que caracterizan, lo que en resumen pertenece a un sistema de socialización. A diferencia de la cultura, la identidad está definida, es un espacio determinado por aspectos reconocibles, por lo que la cultura está más a expensas de modificaciones. La identidad está definida por la cultura, mientras que la cultura se modifique, la identidad variará hacia ese mismo sentido. La cultura está viva porque la construyen los actores sociales, en sus intercambios de todo tipo. La identidad, en cambio es un valor abstracto que recoge, para definir, los aspectos constituyentes de una cultura.
El territorio delimita la acción del conglomerado humano, es el espacio físico que con variantes como el clima, el paisaje, las relaciones entre diversas manifestaciones de vida, da vida a la cultura y su identidad. La cultura “paisa”, diferencia de la “caribe”, se identifica geográficamente por la montaña, mientras que es el mar, el que de denota la identidad Caribe. El territorio condiciona comportamientos, regímenes alimentarios y adopción de modos de vivienda y relación interpersonal. Un fenómeno reciente, que denota la importancia del territorio, es la ley de víctimas del desplazamiento y los grupos armados. En este momento, el valor de los territorios despojados, tiene un sentido político, debido al gran compromiso que en estas acciones tuvo el gobierno saliente, mientras que para los “nuevos dueños”, el territorio tiene un valor comercial, por ser la base de una expansión comercial en los cultivos como la palma, para la producción de bio – combustibles. Así, cultura, identidad y territorio, constituyen una triada sobre la cual gira toda la construcción ciudadana, pero cada cual cumple un rol desde su diferencia.
¿Cómo se articulan estos conceptos en el contexto social colombiano?
Los conceptos de cultura, identidad y territorio, se articulan a la realidad colombiana, en los últimos veinte años, en los cuales, el factor de los cultivos ilícitos, entró a jugar parte, como detonante de la tradicional disputa por el poder, entre dos bandos. Solo apenas hacia la década de los 70s del siglo pasado, se había roto la hegemonía bipartidista del frente nacional, con el ingreso de una tercera fuerza, que procedía de los partidos y movimientos excluidos por liberales y conservadores. La izquierda, demostró no solo tener razones políticas de peso, sino ser necesaria, debido al desgaste de los partidos tradicionalmente gobiernistas. Sin embargo, la reacción de esta tradicional fuerza, se centra en la parte rural, eliminando todas las manifestaciones de esta nueva alternativa política. En este sentido, la cultura juega un papel importantísimo, por cuanto al amparo de una concepción cultural de tradiciones, de identidades heredadas como “buenas costumbres” y de representaciones sociológicas del territorio, se plantea una declaratoria de exterminio para aquellas personas que no “respeten” ese orden instituido y naturalizado como único. Como se planteaba al principio, la irrupción del narcotráfico, coloca en ventaja a quien tiene el manejo de la producción y la comercialización de las sustancias sicoactivas. A todas luces, un elemento nuevo que rompe todas las consideraciones sobre cultura. “…Quien dice cultura dice apertura. Pero en materia de cultura, ¿la apertura puede estar disociada de una reciprocidad mínima efectiva? La igual dignidad de las culturas sería un principio vano si no se lograra inventar las condiciones de interacciones verdaderas entre ellas, teniendo en cuenta al mismo tiempo el peso adquirido por el «capitalismo cultural»(21) en sus desarrollos recientes…” ( Tardif Jean. Identidades culturales y desafíos geoculturales.)
El papel tradicional del estado, en cuanto a la salvaguarda de los derechos ciudadanos, se ve interrumpido, debido a que el propio negocio, permea todas las esferas públicas, polarizando su acción, entre un bando, responsable de su papel de control y el otro, al servicio de los intereses particulares, de poderosas narco – organizaciones. Y como fruto de la disputa de los territorios, surge la fuerza paramilitar que desplaza al 30% de la población rural, siembra el terror con acciones de tortura y barbarie, que le hacen posible apoderarse de cientos de miles de hectáreas.
Es muy posible, que dentro de la concepción o estrategia política y algunas veces militar, cada grupo en contienda tenga unas acepciones bien diferentes acerca del término cultura, identidad y territorio y en ello radica la gravedad del conflicto, que también posee ribetes de tipo internacional, ya que no parece haber un principio de acuerdo, sobre algún aspecto de lo cultural. “…Según Malinowski, el evolucionismo mantiene su vigencia en aspectos como el de los orígenes retomado de la tradición darwinista, constituyendo una línea fértil de trabajo, donde “la interpretación de los orígenes no son sino la naturaleza esencial de una institución como el matrimonio o la familia, la nación, el estado, la congregación religiosa o la organización de la brujería,..., así mismo el concepto de etapa permanece tan válido como en sus orígenes,..., en definitiva ciertas formas preceden a otras”…” (Módulo Asignatura perspectivas culturales. UNAD.)
Bibliografía.
Módulo Asignatura perspectivas culturales. UNAD.
Orlando Martínez Triana
Mayo de 2011.
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