lunes, 11 de julio de 2011

UNA PUBLICACIÓN DE “CULTURA POLÍTICA POPULAR”

Leyendo a Jesús Martín Barbero, encuentro muchos elementos de lo que constituyó hace muchos años, una vivencia personal, en un medio de comunicación, en el que acompañábamos el nombre de la revista, con la frase “DE CULTURA POLÍTICA POPULAR”. Por eso, ofrezco disculpas si la fidelidad a lo científico, se viera comprometida por una anécdota de un grupo de periodistas, escritores y en mi caso particular, ilustradores e historietistas… Todos y todas además de aficionados, fascinados por su papel aprendiz. Sin embargo, la presencia del mismísimo Jesús Martín Barbero, en dicha anécdota, espero, convierta este esfuerzo, en un aporte al tema que nos toca. Por eso, me voy a apoyar en algunos de sus postulados, ya que se ciñen a una verdad compartida…

REVISTA “&&%%$$&&&’’ DE CULTURA POLÍTICA POPULAR.
No era muy diferente la situación actual, variaban algunos nombres, algunas botas nuevas, unas tecnologías que habían afianzado la saña de todas las violencias, que vinieran de donde vinieran, eran un infierno siempre y el factor de la polarización de fuerzas actual, que no existía. No había dos partes opuestas, más por la brutalidad que por ser en sí mismas “bandos…”  Habían muchos matices de una misma utopía… Un grupo de muchachos y gente con alma de muchacho, emprendió no con mucha mala suerte, el proyecto de ser colectivo de prensa alternativa, en la ciudad de Bogotá. 
Con la certeza de que había que cambiar el paradigma de la gran prensa escrita. Se tenía para ello un proyecto, respaldado por la cooperación internacional, un grupo entusiasta de contactos en librerías de buenos segundazos… ...curiosamente librerías que fueron eliminadas por “la panamericana”, “la librería nacional”, “oma – libros…” y otras, que convirtieron las buenas lecturas en el campeonato de los malísimos best seller… Esta red de librerías de libros usados, desarrollaban algo que hoy, las librerías, las poquísimas librerías, interesadas en la educación y el debate que quedan, por lo menos en Bogotá, ya no hacen… Se inventaban tertulias, de poetas, de gente anónima para la gran prensa, pero héroes y heroínas populares, que además de cumplir horarios de fábrica, escribían y alcanzaban si tenían la suerte del que inspira ternura… a  imprimir, en algún taller de los que piratean los clásicos, su obra sencillísima pero valiosísima, para vencer eso que Martín Barbero llama “…la hegemonía de la experiencia audiovisual sobre la tipográfica y la reintegración de la imagen al campo de la producción de conocimientos…”   

Sabedores de la poderosa influencia de la televisión, la cual marcó la segunda mitad del siglo 20, tiempo por el cual nacimos casi todos los componentes del experimento comunicativo, se preparó un medio que tenía –para nosotros y nosotras- “atrayentes propuestas de diagramación, color, temas e imagen… que acabaría, por hacer abandonar la T.V. adicción de todos y todas cuantas leyeran nuestra propuesta. Como era nuestro resultado, nuestro fruto, nuestra hija amada… Entre nosotros mismos, eso no tenía discusión: Era la más bella, profunda, aguda e inteligente publicación, salida en la capital, desde los tiempos de los panfletos y manifiestos de los nadaistas y del pensamiento anárquico fundacional…
Sin embargo, cada fin de mes, venía –ahora lo recuerdo con mucha nostalgia- la más bella tragedia… La de los recibos de servicios públicos sin pagar, acompañados de las palabras explosivas, pero siempre groseramente bienvenidas, de nuestros sucesivos directores… Porque fueron muchos, los que queriendo medírsele a sacar a flote la averiada revista, terminó con úlcera o migraña hospitalaria…

Las cuentas indicaban que el 80% de la revista se regalaba, porque de ese total, por el compromiso con la agencia de cooperación se tenían que enviar la mitad, a las organizaciones afines, de tipo social, cultural, de educación… Fuera de eso, muchas se daban en intercambio con otras publicaciones y el resto servían para aumentar el ego, posando como periodistas, fotógrafos, escritores y caricaturistas, de fama… entre los amigos y las amigas… Nunca se llegó a un balance siquiera, entre lo invertido y lo recolectado… No había nada qué hacer, el proyecto duraría hasta que los cooperantes quisieran. Pare ellos era claro que no querían la retribución total de los recursos, pero el factor de la auto sostenibilidad, estaba muy en entredicho.
Se sanearon los procesos, en todas sus partes… En lo investigativo… “…Por su parte, la prensa es el medio que más tardíamente y con mayores recelos se ha insertado en la revolución tecnológica. Pero las tendencias de esa inserción son mayoritariamente preocupantes. Pues, al mismo tiempo que refuerzan el monopolio de la información escrita por algunas pocas empresas, amenazan la existencia del periodismo investigativo…” (J.M.Barbero)  Se pulieron los aprendizajes para quien escribía, se elevaron los niveles de argumentación y los estilos de toda la parte del diseño. Muchos extranjeros, simpatizantes de la causa de la prensa popular, apoyaron con su conocimiento…. Pero después de un tiempo… Lo único realmente significativo, era la cantidad de amigos y amigas que tarde a tarde llenaban los pequeños locales que ocupamos en el periplo… Porque fueron varios y con el paso del tiempo, cada vez más pequeños…

Entonces, decidimos, llamar al profe Barbero. Alguien en la U del Valle, tenía el contacto e ilusionados, esperamos sus palabras, que más que análisis, iban a ser veredictos… Nos ilusionaban sus posturas… “…Pero son nuevos actores los que en no pocos casos toman forma a través de esas nuevas modalidades de comunicación que conectan -rediseñándolas- las ofertas globales vía parabólicas y cable, con las demandas locales. Hay también, en lo que a las nuevas modalidades de televisión concierne, otro ámbito de contradicciones a tener en cuenta: la puesta en escena de lo latinoamericano que, cargada de esquematismos y deformaciones pero también de polifonías, están realizando las subsidiarias latinas de CBS y CNN en unos países con frecuencia inmersos en una muy pobre información internacional, y especialmente en lo que atañe a los otros países de Latinoamérica…” (J.M.Barbero)

Hasta el día de su llegada, todos y todas leímos sus ensayos sobre semiología y semiótica, sobre comunicación y derechos… Al fin, cada cual le tenía una pregunta que formularle desde su campo de acción. Ese día anhelado, pidió un compendio de todos los números anteriores y pidió que lo dejaran solo. Loa quería leer, quería sentir la experiencia del lector… Dijo que se demoraría toda la mañana, sin embargo, en contra de todo lo esperado, salió a la media hora y nos convocó a su alrededor. Nos felicitó por el esfuerzo, la importancia de los medios alternativos… Porque estábamos haciendo el papel de David, frente a los Goliat de la gran prensa… “…En conjunto, lo que esa tendencia evidencia es que, mientras la audiencia se segmenta y diversifica, las empresas de medios se entrelazan y concentran constituyendo en el ámbito de los medios de comunicación algunos de los oligopolios más grandes del mundo. Lo que no puede dejar de incidir sobre la conformación de los contenidos, sometidos al menos a algunos patrones de uniformización y abaratamiento de la calidad…”  (J.M.Barbero)

Pero, como quien deshoja una lechuga, fue tomando uno a uno, nuestros motivos de orgullo… Primero el político. Del cual dijo no haber evidencias en la revista, porque una cosa es tener una identificación, con un sector y otra, generar el diálogo político, incluyendo al otro, al diferente, al que resiste a nuestra teoría… De eso no hay… Dijo tajante… Luego tomó lo popular y exclamó sonriente… Lo popular es la sangre, el sexo y el morbo… Nos invitó a salir y traerle un ejemplar del “Bogotano”, un periódico tabloide, muy por el estilo del “Espacio” actual, que circuló por aquella época… Nos mostró los pechos voluptuosos de la mona de la foto… La mirada procaz de un adolescente que asistió a un “streap tease”… Entonces sentenció: Lo popular no es la idealización que se hace de los sectores campesinos y obreros. Lo popular no son los colores emblemáticos de un partido o facción sindical… lo popular va mucho más allá e implica, además de entusiasmo, investigación profunda y  responsabilidad para aceptar los resultados del proceso de indagación, que casi siempre no favorecían a intentos, como el nuestro…

El término de cultura, fue la lápida para nuestro sueño de arrebatarle al “tiempo”, sus lectores… Habló de cultura, como un hecho cambiante… “…Frente a lo que se piensa desde una dominante concepción ahistórica –que es compartida por la visión meramente reproductiva de los integrados con la moralista de los apocalípticos- la función de los medios en nuestra sociedades ha cambiado profundamente y en muy diversos sentidos: tanto en su relación con el poder político o con las lógicas del mercado, como con los cambios que nos han llevado de una sociedad tradicional, unanimista y confesional, a otra moderna, secularizada y plural, pasando por las sociedades que han configurado el populismo, el desarrollismo y el neoliberalismo…”  (J.M.Barbero)

Un hecho que nosotros no hacíamos evidente, bien porque nuestra utopía era a la vez ceguera o porque teníamos un as bajo la manga, para hacer que así fuera… Sin embargo su interpelación, solo trajo silencio…
Bueno, Barbero, se fue, se tomó fotos con algunos de nosotros, el proyecto, increíblemente, con otros nombres y otros rumbos, sobrevive e influye de manera menos aventurada, pero más firme, sobre algún sector de la educación y la intelectualidad. Pero lo importante, es que ciertamente, la mirada del investigador, del apasionado por la cultura, la sociedad y la política, hace falta para arrojar luz, sobre todos los esfuerzos humanos.
ORLANDO MARTINEZ TRIANA

BIBLIOGRAFÍA
Jesús Martín. Barbero: Medios y Culturas en el Espacio Latinoamericano
- http://www.campus-oei.org/pensariberoamerica/ric05a01.htm .

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